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Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio

Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio
Inflación y devaluación

Presidente Fin de sexenio % Varia- ción
Carlos Salinas de Gortari 1994 89.12%
Ernesto Zedillo Ponce 2000 146.94%
Vicente Fox Quesada 2006 25.33%
Felipe Calderón Hinojosa 2012 23.25%

Nog 9 rijen

¿Cuál ha sido la inflación en México en los ultimos 10 años?

En los últimos 10 años, la inflación en México ha sido relativamente estable, promediando una tasa de inflación anual del 3.98% en el periodo del 2013 al 2020, alcanzando un mínimo de 2.13% en diciembre de 2015 y un máximo de 6.77% en diciembre de 2017, este aumento se debió principalmente a la depreciación del peso

¿Cuál ha sido la inflación en México en los ultimos 5 años?

Comparación de las tasas de inflación históricas

Año México Ø EE.UU
2017 6,04 % 2,13 %
2016 2,82 % 1,26 %
2015 2,72 % 0,12 %
2014 4,02 % 1,62 %

¿Cuál fue la peor inflación en México?

La economía de los mexicanos se encuentra en un límite histórico. La tasa de inflación en México cerró en diciembre de 2022 en 7,82%, la cifra más elevada en el mes desde el año 2000, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor publicado este lunes por el Inegi.

¿Cuánto sube la inflación cada año en México?

Baja el IPC en abril en México – La tasa de variación anual del IPC en México en abril de 2023 ha sido del 6,3%, 6 décimas inferior a la del mes anterior. No ha habido variación mensual del IPC, de forma que la inflación acumulada en 2023 es del 1,5%.

Interanual Acum. desde Enero Variación mensual
IPC General 6,3% 1,5% 0,0%
Alimentos y bebidas no alcohólicas 10,1% 1,9% 0,4%
Bebidas alcohólicas y tabaco 8,9% 3,5% 0,3%
Vestido y calzado 5,5% 1,8% 0,4%
Vivienda -0,2% -0,8% -1,6%
Menaje 4,5% 1,5% 0,2%
Medicina 8,7% 2,8% 0,7%
Transporte 4,8% 2,0% 0,3%
Comunicaciones -3,1% 0,2% 0,0%
Ocio y Cultura 3,6% 1,1% 0,2%
Enseñanza 4,7% 1,4% 0,2%
Hoteles, cafés y restaurantes 11,3% 3,4% 0,7%
Otros bienes y servicios 11,0% 3,4% 0,5%
< IPC 2023-03

México: IPC anual

2022 2021
IPC General 7,8% 7,4%
Alimentos y bebidas no alcohólicas 12,5% 10,7%
Bebidas alcohólicas y tabaco 9,0% 4,2%
Vestido y calzado 5,9% 5,2%
Vivienda 1,9% 3,5%
Menaje 5,8% 7,4%
Medicina 9,1% 5,2%
Transporte 6,6% 9,9%
Comunicaciones -5,9% 0,4%
Ocio y Cultura 4,7% 6,6%
Enseñanza 4,3% 4,1%
Hoteles, cafés y restaurantes 12,4% 7,5%
Otros bienes y servicios 11,6% 7,4%

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    ¿Que inflación se espera para 2023 en México?

    En su nuevo comunicado de política monetaria, la institución considera que la inflación en México cerrará en 7.5 por ciento el primer trimestre de 2023 (que cierra justo en marzo), cuando su pronóstico previo era de 7.7 por ciento.

    ¿Cuál ha sido la inflación en México de 2010 a 2020?

    Ir al contenido La inflación en México es un fenómeno económico de gran interés para gobiernos, empresas y familias. Estas últimas son quienes inmediatamente lo perciben en sus actividades cotidianas, puesto que reduce su ingreso y nivel de bienestar. Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio Ilustración: Víctor Solís Otro ejemplo. Si la inflación en México en los últimos 10 años ha sido menor al rendimiento acumulado de los mercados, supongamos que del Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) los inversionistas tienen un rendimiento real, han mantenido su poder adquisitivo.

    • En ese sentido, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) señala que el principal índice del mercado S&P/BMV IPC de enero de 2010 a julio de 2020 ha tenido un rendimiento acumulado de casi 22 por ciento nominal; algo que es, en términos reales, negativo.
    • La inflación en México típicamente se revisa con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicado por INEGI, el cual toma como muestra un conjunto de producto de consumo cotidiano (comida, transporte, energéticos, medicinas, etc.) y se revisan los precios de esos productos continuamente para ver su evolución en el tiempo.

    El índice se presenta abajo: Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio Fuente: Elaborada con datos de BIE-INEGI Una primera cosa a observar es la tendencia: indica que los precios en el largo plazo siempre serán mayores. Un segundo aspecto son los niveles: si se calcula una tasa de crecimiento con base en los datos extremos, ésta resultaría en 49.7 %; en otras palabras, los precios han aumentado ese mismo porcentaje desde enero de 2010 a julio de 2020.

    Lo anterior implica que lo que compraban 66.80 pesos en enero de 2010, sólo se puede adquirir con una cantidad de 100 pesos en julio de 2020; por tanto, la inflación en México en los últimos 10 años revela que, cada día que pasa, un individuo necesita ganar más para compensar la pérdida de poder adquisitivo en el tiempo.

    Los precios tienen un impacto sobre los salarios, sobre las pensiones, sobre los costos de las empresas y, en general, sobre cualquier decisión que implique expectativas, como es el caso de las inversiones o los presupuestos gubernamentales. Allí radica la importancia de su control y correcto manejo.

    Los precios son un fenómeno principalmente monetario, pero también fiscal, comercial y financiero, por tal motivo es relevante vigilar muy atentamente las finanzas públicas, los desequilibrios comerciales con el exterior y el tipo de cambio, si se quiere llevar a cabo una tarea de control inflacionario adecuada.

    Una vez dicho lo anterior, ¿cuánto es una inflación elevada?, ¿5 % anual?, ¿2 % anual?, ¿1 millón por ciento? En el caso de México, el Banco de México (BANXICO) tiene un objetivo de inflación de 3 % +/- 1 %. Así pues, se podría afirmar que una inflación por encima es “elevada” y una inflación por abajo “es preocupante”. Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio Fuente: Elaboración con datos BIE-INEGI En los últimos 10 años México ha experimentado, en la mayoría de ellos, una inflación relativamente moderada, con sólo cuatro años por encima del objetivo; el 2017 resultó con presiones importantes por la decisión que emanó de la reforma energética de 2013 en liberar el precio de la gasolina y diésel para que reflejara adecuadamente los costos y las condiciones competitivas del mercado; sin embargo, a partir de ese año se puede observar un cambio en la tendencia, y en lo que va de 2020 la inflación acumulada es de 1.43 % considerablemente elevada en comparación con el mismo intervalo de tiempo de un año atrás, que fue de 0.65 %.

    • México ha experimentado una senda estable de inflación en su etapa de modernidad, nada comparado con las dos décadas del siglo pasado, cuando en 1987 se alcanzó una inflación anual cercana a 160 %.
    • El seguimiento adecuado de su evolución a lo largo del tiempo debe ser, por tanto, registrado y recordado en la conversación pública.

    José Antonio Gallegos García Pasante en Economía por la Facultad de Economía, UNAM. Referencias: Banco de Información Económica-INEGI. Bolsa Mexicana de Valores. Carlos Tello. (2014). Estado y desarrollo económico: México 1920 – 2006, México, D.F. UNAM-Facultad de Economía.

    ¿Cuál fue la inflación en México en 2017?

    En el año 2017, la tasa de inflación promedio de México registró su punto más alto en el último lustro, al colocarse por encima del 6%.

    ¿Cómo calcular la inflación de un periodo?

    Inflación acumulada= x 100.

    ¿Cuál es la inflación al día de hoy en México?

    La inflación en México continúa retrocediendo y se ubica en 6% en abril Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio Un vendedor acomoda tomates verdes en un puesto callejero de verduras en la ciudad de Toluca, en el Estado de México. Luis Antonio Rojas (Bloomberg) Los precios en México siguen desacelerando su escalada., el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ha situado la inflación general anual en 6,0%, su nivel más bajo desde septiembre de 2021, cuando se ubicó en el mismo nivel.

    • El muestra una desaceleración de 0,32% respecto a la quincena anterior, su declive más importante desde 2017.
    • Los ajustes en las tarifas eléctricas por temporada cálida aplicada en once ciudades del país fueron determinantes para este retroceso, de acuerdo al organismo, además de la disminución de 0,52% en los precios agropecuarios.

    De este modo, los precios en la primera quincena de mayo fueron menores a lo que estimaban los analistas económicos. un mínimo de 6,15%, de acuerdo a las instituciones consultadas por el banco. Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base, indica que hay dos factores determinantes para explicar esta bajada.

    1. La inflación subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, sigue mostrando una clara tendencia a la baja, con una menor inflación de mercancías y de servicios”, señala la especialista.
    2. Al interior de la inflación no subyacente, que incluye los genéricos cuyos precios son más volátiles, casi todos los subcomponentes (frutas y verduras, pecuarios y energéticos) mostraron inflación quincenal negativa, además de que en la quincena se hizo un ajuste a la baja en las tarifas eléctricas, el cual ya era esperado”, remata Siller.

    La inflación subyacente, que no tiene en cuenta a los alimentos frescos ni la energía por su volatilidad y que determina la trayectoria de la inflación general, continúo presionando al índice general de precios, aunque en menor medida. En la primera mitad de mayo, el componente subyacente presentó una Inflación anual de 7,45%, un retroceso de siete quincenas consecutivas.

    Cabe destacar que al interior de este índice, los alimentos se muestran un encarecimiento de 11,60% a tasa anual. Respecto a abril, los productos que reportaron una mayor disminución de precio fueron la electricidad, con una disminución de 21,22%, el limón con un retroceso de 16,63% y el pollo, con una bajada de 1,51%.

    En contraparte, la papa se encareció 7%, las loncherías, fondas, torterías y taquerías aumentaron 0.40% y la vivienda propia tuvo una subida de 0.16%. El dato de la inflación es (Banxico), quien detuvo su ciclo alcista a la tasa de interés, dejándola en 11,25% con el objetivo de observar la evolución de los precios en los próximos meses.

    ¿Por qué está subiendo todo en México?

    La inflación en México se acelera y llega al 7,94% en la primera quincena de enero El fantasma de la inflación sigue agobiando el bolsillo de los mexicanos. Durante la primera quincena de enero, el Índice Nacional de Precios al Consumidor llegó a 7,94% a tasa anual, su nivel más alto en los últimos dos meses.

    • La inflación en el país ha vuelto a pisar el acelerador desde el 7,86% en el que cerró en diciembre de 2022.
    • En los primeros 15 días de enero los productos con la escalada de precios más elevada fueron las loncherías, restaurantes, y tabacos, seguido de genéricos como el tomate verde y plátanos.
    • En enero las cosas siempre pintan mal.

    El aumento al salario mínimo y el ajuste a los impuestos especiales aplicados a productos como el tabaco provocan que el índice de la inflación repunte a inicios de año. Pero en 2023, el aumento ha rebasado el pronóstico de Citibanamex que situaba la inflación anual en 7,87%.

    De acuerdo con los datos dados a conocer este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los alimentos frescos ni la energía por su volatilidad y que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, incrementó 0,44% en la última quincena, mientras que en su tasa anual el aumento fue del 8,45%.

    Al interior del índice subyacente, a tasa quincenal,y los de servicios, 0,30%. El alza de la inflación subyacente se ubicó por encima de la mediana de las estimaciones de especialistas, que era del 8,32%. En el mismo periodo, el índice de precios no subyacente aumentó 0,51 % quincenal y 6,44 % a tasa anual.

    Dentro del índice no subyacente, los precios de los productos agropecuarios crecieron 0,35 % y los de energéticos y tarifas autorizadas por el Gobierno, 0,64 % a tasa quincenal. La electricidad subió 7,35% a tasa anual, mientras que el gas LP disminuyó su precio anual en 9,65%. Entre los genéricos con mayor incremento en su precio respecto a la quincena previa figuraron el tomate verde (13.95%) y los plátanos (8,51).

    El precio de los cigarrillos también presionó al alza el indicador con un incremento del 3.13% y tuvieron un repunte de 1,02% quincenal. Por el contrario, entre los productos que bajaron su precio durante la primera quincena de enero se encontraron el transporte aéreo (-17,72%); el chile poblano (10,76%) y los paquetes de servicios turísticos, con un descenso de más del 10%.

    directora de análisis económico de Banco Base, explica en su informe de este martes que el repunte de la inflación subyacente es una señal de que las presiones al alza en la escalada de precios no se han disipado. “Se espera que el Banco de México suba la tasa de interés en 25 puntos base el próximo 9 de febrero y no se pueden descartar incrementos adicionales, pues las presiones sobre el componente de servicios dan señal de riesgo de desanclaje de expectativas de inflación.

    Hacia el cierre del año se mantiene sin cambios la expectativa de inflación en 5,1%” concluye. a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país : La inflación en México se acelera y llega al 7,94% en la primera quincena de enero

    ¿Cómo era la economía en México en los años 90?

    En 1990, con un marco macroeconómico más sano y un ambiente más favorable para los negocios, la actividad económica tuvo el mayor ritmo de crecimiento de los últimos nueve años, el cual, además, fue por segundo año consecutivo superior al de la población.

    ¿Qué fue lo que llevo a México a tener una crisis como la de 1982?

    En 1982 se agudizó la crisis de la economía mexicana, ya que algunos préstamos se vencían y las reservas se habían terminado, por lo que el gobierno mexicano se vio obligado a s~licitar una prórroga involuntaria del pago del principal de su deuda externa por tres meses, los intereses ser-ían pagados en su totalidad.

    ¿Qué pasa si la inflación es baja en un país?

    Una inflación baja promueve el uso eficiente de los recursos productivos. Por el contrario, cuando la inflación es alta una parte del tiempo de los individuos y una parte de los recursos de la economía se invierten en la búsqueda de mecanismos para defenderse de la inflación.

    ¿Cuál es la inflación de Estados Unidos?

    La tasa de variación anual del IPC en Estados Unidos en abril de 2023 ha sido del 4,9%, 1 décima inferior a la del mes anterior. La variación mensual del IPC (Índice de Precios al Consumo) ha sido del 0,5%, de forma que la inflación acumulada en 2023 es del 2,2%.

    ¿Cuándo bajarán los precios en México?

    ¿Qué inflación se espera para México en 2023? – Los mexicanos tendrán que padecer altos precios por, al menos, dos años más. Los pronósticos del Banco de México dejan ver que la inflación no regresará al objetivo del 3% hasta el último trimestre de 2024.

    ¿Cómo se encuentra la economía en México 2023?

    El desempeño del primer trimestre superó la mediana de los pronósticos de 11 analistas, recabada por la agencia Reuters que estaba en 0.8%, un desempeño que muestra una clara recuperación desde el 0.5% alcanzado por la actividad del cuarto trimestre del año pasado.

    • La economía mexicana registró un crecimiento de 1.1% en el primer trimestre de 2023, respecto del último cuarto del año pasado, en términos reales y con cifras ajustadas por estacionalidad de acuerdo con la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
    • Este desempeño superó la mediana de los pronósticos de 11 analistas, recabada por la agencia Reuters que estaba en 0.8%, un desempeño que muestra una clara recuperación desde el 0.5% alcanzado por la actividad del cuarto trimestre del año pasado.

    Con este desempeño en el periodo enero – marzo, la actividad económica hiló seis trimestres consecutivos de avance. El pico de la actividad económica se presentó durante el primer trimestre del 2022, cuando el PIB alcanzó un crecimiento de 1.2%, respecto del último cuarto de 2021.

    • A partir de ahí comenzó a desacelerar la actividad de manera consistente, pues para el segundo trimestre, el Producto registró un avance de 1.1 por ciento.
    • Para el periodo de julio a septiembre, la producción registró un avance de 0.9% trimestral y cerró el año con la actividad más debil, de 0.5% a tasa trimestral.

    En el detalle de la información se puede ver que los grandes grupos de actividades económicas que registraron el mayor crecimiento en el trimestre fueron los que integran actividades terciarias, de de los servicios, que alcanzaron un un incremento de 1.5% trimestral.

    ¿Cuánto crecio la economía en México 2023?

    La economía de México crece 1%, menos de lo esperado para el arranque de año Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio Un puesto de venta de mariscos en un mercado en Ciudad de México. Galo Cañas Rodríguez (Cuartoscuro) La economía de México sigue mostrando signos positivos de crecimiento, aunque más lento de lo esperado. El Producto Interno Bruto (PIB) tuvo un crecimiento de 1% el primer trimestre de 2023, de acuerdo con el dato revisado del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

    1. El dato fue menor desde el 1,1% aunque se trata del mejor desempeño del PIB desde el segundo trimestre del año pasado, según cifras desestacionalizadas.
    2. El crecimiento de la economía ha mostrado seis trimestres consecutivos con crecimiento, algo que no sucedía desde el primer trimestre de 2016.
    3. El dato de crecimiento sigue siendo positivo e implica una expansión de 1,8% con respecto al cuarto trimestre del 2019, previo al comienzo de la pandemia”, indica Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base.

    Al interior del índice, las actividades primarias (agricultura y ganadería) se contrajeron 2,8% durante la primera parte de 2023, pero mostraron un crecimiento anual de 2,9%, debido al crecimiento acumulado en los tres trimestres previos. En tanto, las actividades secundarias (industria y manufactura) crecieron 0,6% en el trimestre y 2,4% a tasa anual.

    Al final, las actividades terciarias (sector de servicios y comercio) crecieron 1,5% en el primer trimestre y 4,2% a tasa anual, siendo el principal impulso del crecimiento del PIB durante el primer trimestre, siendo este sector el que mejor desempeño ha mostrado desde 2015, sin contar 2020, cuando se suspendieron las actividades por la emergencia sanitaria por covid-19.

    “Se mantiene la expectativa de que en 2023 el PIB de México crezca entre 1,7% y 2%, aunque sigue habiendo riesgos para el crecimiento debido a la alta probabilidad de recesión en Estados Unidos, lo que puede afectar el PIB de México a través de las remesas y las exportaciones”, explica Siller.

    • A principios de abril, el Fondo Monetario Internacional anunció que espera que la economía mexicana crezca 1,8% en 2023, tras un crecimiento de 3,1% en 2022.
    • La racha de alzas en el PIB ha ido acompañada,
    • En abril, la tasa de inflación anual se ubicó en 6%, el dato más bajo desde septiembre de 2021.
    • Durante los primeros 15 días de este mes, los productos que más bajaron su precio fueron la electricidad, con una disminución de 21,22%, el limón con un retroceso de 16,63% y el pollo, con una bajada de 1,51%.

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    ¿Cuál es el producto interno bruto de México 2023?

    mayo 2, 2023 @ 12:47 pm 2023-05-02T12:47:00-0500 2023-05-02T13:32:17-0500 La tasa de producto interno bruto (PIB) para 2025 será de 2.02 por ciento, dijeron economistas y analistas al Banco de México Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio EFE/ Sáshenka Gutiérrez Analistas y consultores económicos de casas de bolsa y bancos nacionales y extranjeros pronosticaron que México terminará 2023 con una tasa de producto interno bruto (PIB) de 1.68 por ciento y con un tipo de cambio de 19.16 pesos por dólar.

    • Las expectativas de crecimiento económico para 2023 aumentaron de 1.43 por ciento a 1.68 por ciento, con respecto a la encuesta precedente, al tiempo que para 2024 disminuyeron de 1.67 por ciento a 1.61 por ciento”, según el Banco de México (Banxico).
    • El crecimiento económico o (PIB) para 2025 será de 2.02 por ciento y para la próxima década aumentará 2.15 por ciento el producto interno bruto, reveló la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado: Abril de 2023.

    Lee: Nearshoring: 15 fabricantes de aviones evalúan trasladarse de Europa y EU a México “Las expectativas sobre los niveles esperados del tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense para los cierres de 2023 y 2024 disminuyeron con respecto al mes precedente”, añadió la encuesta recabada por el Banco de México entre 37 grupos de análisis y consultoría económica del sector privado nacional y extranjero.

    ¿Cuándo empezo la inflación en México?

    4. Epílogo – Salvo el caso singular de las hiperinflaciones del periodo revolucionario, entre 1940 y 1946 México registró niveles de inflación nunca antes experimentados en la historia monetaria del país. Las cifras hablan por sí mismas. De 1936 a 1940 el índice general de precios creció a una tasa anual promedio de 6.5%, en tanto que a partir de 1941 y hasta 1946 esa tasa de crecimiento fue de 16%.

    • Como se aprecia en la gráfica 2, la inflación atribuible a la guerra se inició a principios de 1941 después de las tendencias recesivas del año de 1940.
    • Los años 1943 y 1944 fueron de presiones inflacionarias más críticas, las cuales empezaron a ceder sin desaparecer hacia fines de 1945 y durante 1946.

    En el cuadro 13 se presenta esa misma información, pero en términos de los promedios anuales del índice de precios al mayoreo de la ciudad de México. A partir de su base en 1939, este índice avanzó de un nivel de 102.5 en 1940 a 145.7 en 1943, para cerrar el sexenio con un promedio de 228.7 en 1946. 32 conceptos genéricos. Base 1978 = 100. Fuente: Banco de México, informes anuales, 1936-1946. CUADRO 13 ÍNDICE DE PRECIOS AL MAYOREO EN LA CIUDAD DE MÉXICO

    Años Promedio anual* Incremento anual
    1940 102.5
    1941 109.3 5.6
    1942 120.6 10.3
    1943 145.7 20.8
    1944 178.5 22.5
    1945 198.7 11.3
    1946 228.7 15.1
    * Base 1939 = 100 Fuente: Banco de México, Vigesimaquinta asamblea general ordinaria de accionistas, México, s.e., 1947, pp.79-81.

    Resulta extraño que el periodo de la guerra mundial no haya sido objeto de un análisis más profundo por parte de los investigadores y expertos en historia económica. Las hostilidades y su desenvolvimiento produjeron una suerte de condiciones de laboratorio propicias para el análisis económico.

    • De ahí que dicho periodo esté a la espera de más y mejores estudios que vengan a complementar el presente esfuerzo.
    • El tema de mayor interés para esta investigación es el de la inflación.
    • Si una de las grandes preocupaciones nacionales de esa época provino del crecimiento observado de los precios cabe plantearse las siguientes preguntas: ¿Qué pudo haberse intentado para aminorar las presiones inflacionarias? ¿Cuáles factores causales de presiones alcistas estaban al alcance de las políticas a disposición del gobierno y cuáles fuera de ellas? En agosto de 1945, Juan F.

    Noyola hacía desde su tribuna en la Revista de Economía un recuento acerca de los orígenes de la inflación que México había padecido en esos años. Las causas del aumento de precios pueden clasificarse, repitiendo cosas ya demasiado sabidas, dentro de los siguientes grupos: primero, aumento de la circulación monetaria; segundo, insuficiencia de la producción; tercero, ineficacia de los sistemas de transporte; cuarto, competencia entre los mercados nacionales y los extranjeros (en el caso de artículos que son a la vez de consumo nacional y de exportación); quinto, dificultades para importar; y sexto, acaparamiento.

    • La cita es relevante porque, por un lado, revela la manera de pensar predominante en ese tiempo entre los observadores más connotados de la realidad económica nacional.
    • Por otro, es una manifestación indirecta de la forma y el sentido en que ha avanzado el pensamiento monetario.
    • Hoy existe un consumo casi universal de que en el largo plazo (o sea, en última instancia) la inflación es un fenómeno esencialmente monetario.

    Noyola estaba en lo cierto al percibir que las presiones inflacionarias del periodo provenían de una serie de factores de origen diverso que hacían de la causalidad del fenómeno algo muy complejo de analizar. Sin embargo, si los impulsos inflacionistas que con claridad menciona Noyola no hubiesen sido validados por una política monetaria y una política fiscal claramente expansionistas, la inflación hubiese resultado mucho menor de lo que fue.

    En realidad, dadas todas las circunstancias agravantes, lo sorprendente es que la inflación de la época no fuese más elevada. La pregunta surge en particular al comparar la experiencia inflacionaria de la época de la guerra con las que se sucedieron más de 25 años después —las de las décadas de los setenta, ochenta y noventa— y en las cuales la inflación fue muchísimo más virulenta.

    El asunto es sumamente interesante y volveré a él más adelante. Continuando con la cita de Noyola habría que preguntarse, en primer lugar, si la autoridad pudo haber propiciado un mayor volumen de la producción general mediante medidas de política económica.

    1. El sexenio avilacamachista se caracterizó por una verdadera pasión en cuanto a la promoción de la actividad productiva.
    2. Aunque muy cuestionable desde el punto de vista de la especialización a que debe apegarse un banco central, el capítulo 2 de este volumen es la bitácora de los esfuerzos desplegados por el Banco de México a manera de contribución para la consecución de la meta consentida de ese régimen: la promoción industrial.

    En muy buena medida, el activo programa de obras públicas de la administración avilacamachista respondió al objetivo de estimular la producción. Según la lógica entonces esgrimida, esto era así tanto porque la derrama en sueldos y salarios alimentaba la demanda agregada, como porque las obras emprendidas ampliaban la infraestructura necesaria para la producción.

    1. En opinión de James W.
    2. Wilkie, Ávila Camacho continuó con la política cardenista de canalizar una participación creciente del gasto público al fomento económico.
    3. La inversión gubernamental se concentró en la creación de una infraestructura amplia para propiciar la inversión privada.
    4. Dicho esfuerzo de promoción estuvo apoyado por una política muy activa de financiamiento a ciertos sectores productivos, en especial a la agricultura.

    Todo ello, hay que reiterarlo, a pesar de las repercusiones inflacionarias que provocaba. A fin de recuperar la confianza de los inversionistas, el régimen de Ávila Camacho decidió también limar los aspectos más ásperos del programa cardenista de gobierno.

    • Así, dicho régimen dio oportuno carpetazo a la política de expropiaciones y a la estrategia de incitar los enfrentamientos entre capital y trabajo.
    • En paralelo con la moderación de la retórica oficial, igualmente se tomó la importante decisión de derogar el impopular “impuesto al superprovecho”, mecanismo tributario orientado a poner un techo a la tasa de rentabilidad de las inversiones.

    Complementos importantes de esa política de estímulo fueron las exenciones fiscales, el control del movimiento obrero, una política de tributación moderada, la reconciliación con la clase empresarial y la protección arancelaria. El régimen de Ávila Camacho nunca fue muy pródigo en cuanto a declaraciones sobre la inversión externa, pero en esta materia también el mensaje fue muy claro.

    Durante su campaña presidencial, Ávila Camacho apuntó que al igual que la inversión nacional, la inversión extranjera sería bienvenida y recibiría las garantías establecidas por la ley. Independientemente de las imperfecciones administrativas propias de las mencionadas políticas de fomento, al logro de un mayor nivel de producción se levantaron obstáculos de otra índole.

    Obstáculos que tuvieron principalmente su origen en el difícil entorno externo en que se movió la economía mexicana en aquella época. Estos obstáculos se manifestaron principal, aunque no exclusivamente, en la inelasticidad de la oferta de bienes de capital, materias primas e insumos para la producción que experimentó el país en el periodo.

    1. Según el informe del Banco de México de 1943, por diversas causas en ese año el país no logró alcanzar el éxito deseado en materia de producción.
    2. Por lo que hacía a la producción agrícola, debido a consideraciones climáticas desfavorables y en lo referente a la industrial, “por la falta de nuevos equipos y refacciones”.

    Esta última fue la causa de que en ese 1943, los índices de producción de diversas industrias, como la del hierro, cerveza, cigarros, cemento, papel y vidrio, subieran “en forma modesta en comparación con la demanda del mercado nacional”. En general, concluía el documento citado, el proceso de industrialización del país había quedado “definitivamente pospuesto” por las siguientes razones: Primero, por la imposibilidad casi absoluta de obtener equipo.

    Segundo, por la escasez de fuerza, la cual se ha intentado corregir a través de un programa de inversiones enormemente pequeño para necesidades constantemente crecientes, cuando menos diez veces mayores y, tercero, por la escasa o ninguna mejoría de los transportes estorbada por: a) falta de vehículos de motor (hoy en menor número que antes) y por b) ausencia de una organización disciplinada de los ferrocarriles.

    Mientras no se obtenga equipo industrial en planes organizados, mientras no se aumenten en forma importante las inversiones para fuerza motriz y no mejore el equipo y la organización en los transportes, todo esfuerzo de industrialización será necesariamente precario, incompleto, subordinado y esporádico.

    1. Como bien lo señala Noyola, el problema de los transportes fue uno de los factores causantes de la inelasticidad de la oferta al impedir la distribución de la producción.
    2. Para el Banco de México el análisis de este problema llegó a ser objeto de un capítulo especial en sus informes anuales.
    3. Ello, a pesar de no ser la de los transportes una materia directamente relacionada con las cuestiones financieras o monetarias.

    En los informes de 1942 a 1945 se reiteran con distinto énfasis los mismos argumentos. En primer lugar, que la guerra había interrumpido casi totalmente el comercio marítimo; en segundo, que el transporte terrestre en vehículos automotores había quedado severamente limitado por la falta de neumáticos y refacciones y por la imposibilidad de aumentar el parque vehicular mediante la adquisición de nuevas unidades.

    Así, según el informe de 1943, “el tráfico por carretera que había venido aumentando desde 1934” disminuyó en forma notable en 1942 y en el año subsiguiente “por falta de refacciones y llantas”. Por lo anterior, el gran peso de la transportación recayó sobre los ferrocarriles, los cuales, por razones administrativas y principalmente materiales, fueron incapaces de satisfacer plenamente la demanda.

    En 1942, con la concurrencia de las autoridades norteamericanas, se creó una comisión mixta para la rehabilitación de la empresa ferroviaria. Sin embargo, a pesar de los apoyos de la llamada Misión Técnica Norteamericana, todavía en 1946 la situación de los ferrocarriles era altamente insatisfactoria.

    1. Así, como lo apunta el informe anual correspondiente a ese último año, el número de pasajeros transportados por los ferrocarriles disminuyó de 38 millones —cifra máxima alcanzada en 1944— a 33 millones dos años después.
    2. La carga productiva transportada se mantuvo relativamente constante “ya que solamente aumentó 0.5 por ciento con respecto al año de 1945, habiendo bajado el transporte de minerales en 5.5 por ciento”.

    El índice de carga transportada (1929 = 100) aumentó de 142 en 1941 a 155 en 1944, 163 en 1945 y 163 en 1946. Mucho ha avanzado la macroeconomía moderna como resultado de los esfuerzos por encontrar explicaciones eficientes y operativas para el comportamiento de la balanza de pagos.

    1. Ante la insatisfacción con los enfoques hasta entonces manejados, a finales de los sesenta y principios de los setenta surge el llamado Enfoque Monetario de la Balanza de Pagos (EMBP).
    2. La enseñanza principal del EMBP es que la balanza de pagos es un fenómeno esencialmente (aunque no exclusivamente) monetario.

    En el EMBP el comportamiento de las funciones de oferta y demanda de dinero es fundamental para entender el desenvolvimiento de largo plazo de la balanza de pagos. Por el lado de la oferta, con un régimen de tipo de cambio fijo, la base monetaria tiene una fuente de origen externo (la reserva) y otra de origen interno (el crédito primario del banco central).

    1. Y este vínculo entre el crédito primario interno y la oferta monetaria es el origen de la relación entre las finanzas públicas y la balanza de pagos.
    2. En el “Informe Anual del Banco de México” de 1988 se pone de relieve la elevada correlación histórica observada en el periodo de 1965 a 1988 entre la cuenta corriente de la balanza de pagos y el balance operacional del sector público (definido este último como el superávit primario más los intereses de la deuda pública en términos reales).

    Cabría, sin embargo, preguntarse ¿por qué la correlación anterior no se cumplió en el periodo de 1939 a 1945? ¿No es esto prueba de las tan mencionadas rigideces de oferta que tanto se invocaran para explicar la inflación en ese periodo? ¿Dada la situación fiscal entonces existente, no hubiera sido de esperarse un mayor déficit promedio en la cuenta corriente? ¿No es lo anterior evidencia de la inelasticidad de la función de importación con respecto a la demanda agregada interna? Vale la pena analizar esa relación o desinterconexión entre rigideces de oferta y balanza de pagos.

    • El análisis del Banco de México mencionado líneas atrás se apoya en una conocida identidad de la contabilidad nacional particularmente relevante para las economías abiertas al comercio exterior y al flujo de capitales.
    • Según esa identidad, el resultado de la cuenta corriente es igual al ahorro neto del sector privado más el ahorro neto del sector público.

    En notación matemática, CC = (Yd – C – 1) + (T- G); en donde CC es Cuenta Corriente; Yd, Ingreso disponible; C, consumo privado; 1, Inversión privada; T, Ingresos fiscales, y G, Gasto Público. Así, dado un nivel constante de inversión y de ahorro neto privado, el resultado en la cuenta corriente quedaría explicado por el comportamiento de las finanzas públicas.

    No es remoto que quizás el caso de México para el periodo de 1965 a 1988 haya sido semejante al descrito, dada la correlación tan precisa que se encontró entre las cuentas fiscales y la cuenta corriente. La aplicación de este ejercicio a la década de los cuarenta se enfrenta a la dificultad de que en ese tiempo la contabilidad nacional y la estadística macroeconómica se encontraban en un estado muy incipiente de desarrollo.

    A principios de los cincuenta, John S. de Beers descubrió esa realidad tanto para los datos fiscales como respecto a la información de la balanza de pagos. De Beers encontró que los datos oficiales de finanzas públicas eran incompletos, entre otras razones, porque no incorporaban las partidas presupuestales extraordinarias, los subsidios virtuales y otros ajustes fiscales.

    • El propio De Beers hizo una estimación del déficit fiscal que se recoge en la primera columna del cuadro 14, y la cual se complementa con otro cálculo publicado por el Banco de México en 1950.
    • La información de dicho cuadro es útil a dos fines.
    • En primer lugar, para formarse una idea del nivel aproximado del saldo fiscal en cada uno de los años del periodo estudiado, a fin de evaluar su gravitación sobre la marcha general de la economía.

    En segundo orden, a fin de sentar las bases para analizar la relación entre las cifras fiscales y la cuenta corriente. CUADRO 14 DÉFICIT Y SUPERÁVIT FISCAL: ABSOLUTO Y RELATIVO (pesos)

    Años A Saldo fiscal Estimación de De Beers (Millones) B Saldo fiscal Estimación de Banxico (Millones) C PIB (Miles de Millones) A/C (%) B/C (%)
    1940 – 169 + 14.7 6,200 2.7 + 0.2
    1941 – 168 – 81.2 6,900 2.4 – 1.2
    1942 – 238 – 202.4 8,300 2.9 – 2.4
    1943 – 23 + 40.3 10,500 0.2 + 0.4
    1944 – 50 – 37.0 13,400 0.4 – 0.3
    1945 – 161 – 151.4 16,000 1.0 – 0.9
    1946 – 1 + 3.1 19,200 0.0 + 0.0
    — Déficit + Superávit Fuentes: A y C: John S. de Beers, “El peso mexicano, 1941-1949”, Problemas Agrícolas e Industriales de México, enero-marzo de 1953, vol. V, núm.1, pp.16 y 70. B: Banco de México, Vigesimanovena asamblea general ordinaria de accionistas, México, 1951, p.57.

    En cuanto a lo primero, es evidente que a pesar de las dudas sobre las estadísticas correspondientes y las discrepancias entre las distintas estimaciones, en ninguno de los años bajo estudio se produjo un déficit fiscal verdaderamente importante en términos relativos.

    Es decir, medido con relación al PIB. Ésta, sin duda, es una de las explicaciones por las cuales la inflación no resultó en esa etapa mucho mayor que la reportada. La segunda cuestión no es tan sencilla de estudiar. Tomando en consideración, no el monto del déficit público, sino la expansión de los medios de pago, es sorprendente que no se hubieran registrado, ya no digamos excedentes menos cuantiosos en la cuenta corriente, sino incluso déficit.

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    De los datos del cuadro 14 se desprende que, excepto en 1941, en todos los años del periodo 1940-1945 los balances fiscales de signo negativo estuvieron acompañados de saldos marcadamente positivos en la cuenta corriente. En contraste, a partir de 1946, supuestamente el año en que empezaron a desaparecer las rigideces para la importación por la conclusión del conflicto bélico, el balance fiscal y el saldo de la cuenta corriente tuvieron, como era de esperarse, el mismo signo.

    Lo que es más, de 1947 en adelante parece darse una mayor congruencia entre los montos relativos de estas variables. Lo expuesto constituye una indicación de que las dificultades para importar fueron determinantes para que no se tuviera déficit en la cuenta corriente. Por otro lado, en su momento se identificó a la especulación como una de las principales causas de la subida de los precios.

    Según la opinión prevaleciente, en parte el acaparamiento propiciaba la elevación de los precios, porque su subida difundía y arraigaba la expectativa de nuevas alzas. Como se vio en el capítulo 5 del volumen III de esta historia, el acaparamiento fue motivo de clamor público, disturbios, protestas y denuncias contra autoridades, productores y comerciantes.

    1. Sin embargo, con una perspectiva retrospectiva sabemos que la influencia inflacionaria de la especulación es dudosa.
    2. Ello, porque la especulación no sustrae a los bienes objeto del acaparamiento de la oferta, sino que únicamente pospone su aparición en el mercado.
    3. Incluso en un momento dado la especulación hasta puede tener un efecto estabilizador cuando los bienes acaparados reaparecen a la venta.

    Hay pocos fenómenos tan difíciles de evaluar y cuantificar como el acaparamiento. Un posible procedimiento de estimación hubiera sido mediante la comparación de las cifras de producción y consumo de la época de la guerra en contraste con las de los años precedentes.

    No obstante, dos dificultades se oponían a la utilización de esa metodología: la imprecisión y poca confiabilidad de las estadísticas respectivas y el hecho de que tratándose de periodos históricos tan distintos, seguramente cualquier comparación intertemporal resultaría inexacta y quizá hasta ociosa.

    El informe del Banco de México de 1944 sugería otro método indirecto de medición para el fenómeno:,a los factores especulativos debe atribuirse una parte importante del alza. Un indicio significativo de este tipo de fenómeno lo constituye el hecho de que en muchos casos los precios al menudeo se elevaron en mucha mayor proporción que los precios al mayoreo, sobre todo tratándose de artículos alimenticios, y de que, además, ocurría frecuentemente que a los precios oficiales no era posible adquirir los artículos sino en el mercado negro a cotizaciones mayores, o bien se obtenían mercancías de mucho más baja calidad que aquella a la que correspondía el precio tope.

    De 1941 a 1945, el incremento promedio anual del índice general de precios al mayoreo en la ciudad de México fue de 14.2%, en tanto que para el índice del costo de la alimentación en la ciudad de México fue de 20.5%. Los años de presiones inflacionarias más intensas, ya se ha dicho, fueron los de 1943 y 1944.

    En 1943 el índice de precios al mayoreo creció 23% y el del costo de la alimentación en la ciudad de México 38.2%, mientras que para 1944 esos incrementos fueron, respectivamente, de 24.3% y 38.6%. Sin embargo, es evidente que la descripción contenida en la cita permite un análisis de los hechos que no valida la hipótesis de que éstos fueran prueba de la existencia de conductas especulativas.

    Veamos: en primer lugar, el que los precios al menudeo resultaran mucho más elevados que los del mayoreo no necesariamente es una manifestación de que existe especulación, sino de que hay demasiado intermediarismo. Es decir, de que las cadenas de distribución eran demasiadas largas, algo que no necesariamente constituía un fenómeno novedoso en el contexto de la economía mexicana de entonces.

    Por lo demás, el hecho de que frecuentemente a los precios oficiales no pudieron conseguirse los artículos deseados más que prueba de especulación era de la existencia de mercados negros. La causa original del fenómeno es la que siempre da origen al surgimiento de ese tipo de mercados: el hecho de que el precio oficial sea inferior al que sería de equilibrio de existir un mercado no regulado.

    Y lo que pasa es que en el mercado negro los precios resultan aún más elevados. Ello, toda vez que deben incorporar para el oferente una prima compensatoria por el riesgo de ser descubierto en sus actividades por la autoridad. Por último, la explicación de que al precio controlado únicamente pudieran conseguirse productos de menor calidad era una expresión más de que los precios tienden a situarse en un nivel de equilibrio de mercado.

    Así, el producto de mayor calidad iba al mercado negro y el de menor calidad al mercado oficial. Para los productores, dicha práctica debe haber sido una manera de maximizar ingresos y probablemente su existencia confirmaba el hecho de que en la realidad la inflación era mucho más elevada que lo que revelaban los índices de precios.

    Como se relata en “Tareas regulatorias no monetarias”, el gobierno de Ávila Camacho hizo grandes esfuerzos para perseguir la especulación, supervisar desde la producción de los artículos hasta su venta al consumidor y suplantar a los mecanismos privados de distribución y comercialización. El combate a la especulación descansa principalmente en la posibilidad de erradicar las causas de la elevación de los precios.

    Desde el punto de vista de la oferta, quizá las autoridades no pudieron haber conseguido más de lo que lograron: se prohibió la exportación de productos escasos (cereales, oleaginosas, etc.); hasta donde fue posible se procuró la importación de bienes de primera necesidad; se impulsó la producción aumentando los precios de garantía al productor, se les extendió crédito subsidiado a los productores; se otorgaron pólizas de seguro a las cosechas, etc.

    • Sin embargo, en pocas o en ninguna ocasión se mencionó —y menos se reconoció— que indirectamente la autoridad pública propiciaba la especulación mediante una política fiscal y una política monetaria marcadamente expansionistas.
    • Al acaparamiento lo alimenta la inflación, la cual era precisamente la consecuencia que era de esperarse de las políticas económicas que se seguían.

    De hecho, el gobierno avilacamachista moduló su política fiscal en función de la agudeza relativa de las presiones inflacionarias. Sin embargo, este esfuerzo nunca se realizó de manera total ni se mantuvo en vigor durante todos los años del sexenio. Así, ya bien avanzado el año de 1942 se decidió acudir a la restricción de la política fiscal con el fin de contener las presiones alcistas que se hacían cada día más intensas.

    1. Y esto es comprensible, desde el momento en que 1943 fue el año en el cual se padecieron mayores presiones inflacionarias.
    2. Por el lado de los ingresos, la acción más decidida se anunció a principios de 1943 cuando se aprobaron varias modificaciones tributarias con el fin de elevar la recaudación.
    3. Estas modificaciones se introdujeron principalmente en el ámbito del impuesto sobre la renta.

    Así, mediante un decreto del 22 de enero de 1943 se elevaron las tasas correspondientes a las cédulas I, II y III de ese gravamen. Por la cédula I se gravaban las utilidades derivadas de negocios comerciales, industriales o agrícolas; según la cédula II, los ingresos procedentes de intereses, dividendos, rentas, regalías y participaciones.

    Finalmente, por la cédula III, los provenientes de la explotación del subsuelo o de concesiones otorgadas por el Estado. Así, el decreto aludido elevó la tasa máxima para la cédula I del 20 al 30%. Por su parte, la tasa máxima de la cédula II pasó del 26.5 al 33.1% y la cuota superior de la cédula III del 33 al 41.2%.

    A lo anterior se agregó un nuevo gravamen dentro de la cédula II: el impuesto sobre dividendos, el cual aumentó en cerca de 36 millones la recaudación de ese renglón. Por lo expuesto, no resulta raro encontrar que la recaudación del impuesto sobre la renta se elevó, en términos corrientes, de 55 y 77 millones de pesos respectivamente en 1941 y 1942, a 217 y 302 millones en 1943 y 1944.

    • Para el ejercicio fiscal de 1943, aparte de las modificaciones introducidas al régimen del impuesto sobre la renta, también se crearon dos nuevas contribuciones y se elevaron las tasas de algunas otras.
    • En cuanto a lo primero, se creó un impuesto para gravar las compras de anhídrido carbónico por parte de los fabricantes de aguas gaseosas y un gravamen especial para la industria de hilados y tejidos.

    Respecto al incremento de tasas, se elevaron las correspondientes al impuesto sobre la exportación de diversos productos de primera necesidad con el fin de desalentar su salida del país. Las estadísticas fiscales muestran que durante el año de 1943 los ingresos del fisco se incrementaron en casi 12%, siendo que en promedio para el lustro de 1940 a 1945 la tasa de crecimiento de ese renglón había sido de 3.1%.

    De 1942 a 1943, los ingresos del Estado aumentaron en casi 12% al pasar, a precios de 1940, de 801 a 895 millones de pesos, en tanto que para 1945 los mismos apenas habían llegado a 862 millones. Sin embargo, más que sugerir un cambio en la política impositiva, las medidas tributarias de 1943 deben interpretarse como una mera acción coyuntural.

    Aunque en ese año la participación de los ingresos tributarios dentro del PIB aumentó ligeramente (10%), para el lapso de 1940 a 1946, ésta fue en promedio de tan sólo 8.9%. En su momento, no pocos analistas apuntaron la deseabilidad de que las autoridades intentasen incrementar la carga tributaria y, en particular, los impuestos directos.

    • El propio Banco de México indicó esta posibilidad en su informe anual de 1946.
    • Pero el ministro Suárez siempre insistió en la necesidad de la moderación impositiva: Paralelamente a su propio programa de inversiones, el Gobierno consideró su deber alentar y apoyar la inversión privada para la organización de nuevas empresas de preferencia industriales.

    Así, para señalar un aspecto muy claro de esta actitud, puede mencionarse desde luego la política tributaria. México se decidió firmemente por la moderación en los gravámenes. Al terminar la guerra mundial el erario recaudaba, a través de impuestos seguramente menos del 8% del ingreso nacional; cifra cuya modestia se pone de relieve cuando se considera que en otras naciones la participación por ese concepto (excedía) del 30%.

    1. Sin embargo, más que intervenir en el lado de los ingresos, cuando se consideró oportuno modular la política fiscal a fin de contrarrestar las presiones inflacionarias se apeló al ajuste de los egresos.
    2. El año clave fue el de 1943.
    3. En tanto que en ese año los ingresos fiscales se incrementaron en términos reales aproximadamente 12%, los egresos aumentaron en tan sólo 1.4%.

    Así, mientras de que 1940 a 1942 el déficit financiero del gobierno fue en promedio de 2.12% sobre el PIB, para 1943 se redujo al 0.30%. Por otro lado, habiéndose constituido en un fenómeno de tan cardinal importancia para el comportamiento de la economía mexicana en la época de la guerra, sorprende que el ingreso de capitales no haya sido en su momento objeto de un estudio más sistemático y profundo.

    ¿Qué provocó el arribo masivo de capitales a nuestro país? ¿Por qué fue precisamente México el país más favorecido por esas corrientes? ¿De dónde provenían, quiénes eran los tenedores y cuáles sus motivaciones? A falta de indicios factuales y atendiendo a algunas referencias aisladas, es posible hacer la siguiente deducción.

    En primer lugar, que una porción importante de ese flujo fue de fondos provenientes de países amenazados por el expansionismo militar alemán o de centros financieros cercanos a los frentes de guerra. Por lo demás, no es remoto suponer que refugiados del terror nazi de religión judía llegaran a estas tierras acompañados de sus capitales.

    Una segunda categoría fue, probablemente, de capitales mexicanos que previamente habían huido del celo ideológico del cardenismo y que regresaban al país empujados por la circunstancia histórica y atraídos por la moderación del régimen de Ávila Camacho. Asimismo, posiblemente algunos inversionistas de los Estados Unidos trajeron capitales en busca de un mejor rendimiento o en previsión de que el gobierno estadounidense impusiera controles cambiados o de algún otro tipo.

    Según la teoría, son tres los factores que determinan el movimiento internacional de capitales: rendimiento, riesgo y liquidez. La mayoría de los modelos suponen un mundo sin fricciones ni incertidumbre, en que los capitales se mueven internacionalmente para igualar las tasas de rendimiento.

    • Desafortunadamente, con demasiada frecuencia la realidad es un poco más compleja que lo que se imagina en los modelos.
    • Sin embargo, nada es comparable al verdadero trastocamiento que ocasiona en los mercados una situación de trastorno bélico.
    • Tan sólo una ojeada a la historia de la humanidad nos revela a la guerra como un fenómeno recurrente, que aparece en todas las épocas con su secuela de destrucción, muerte y sufrimiento.

    Sin embargo, el terrible siglo xx nos reservó, junto al surgimiento de los totalitarismos modernos y de un egocéntrico culto a la personalidad, la novedad de la guerra total. Guerra total no sólo en el sentido geográfico de que se vieron involucrados, o de alguna manera afectados, por el conflicto todos los países del orbe, sino en un sentido económico.

    • Por la excepcional pluma de Sayers sabemos que durante la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra el mecanismo de mercado y de precios fue en buena medida reemplazado por controles administrativos.
    • Ello, a fin de asegurar una casi total asignación de los recursos productivos al esfuerzo bélico.
    • Algo semejante ocurrió en la economía norteamericana, donde, entre otras medidas, se implantaron controles para los salarios, precios, exportaciones, importaciones y regulaciones sobre los activos financieros de ciudadanos extranjeros.

    Otros mecanismos característicos de la economía de guerra fueron el racionamiento de bienes de capital y de consumo, el ahorro forzoso y la expropiación de activos fijos. Por lo demás, la guerra no es sólo la ausencia de paz. Sobre todo durante el segundo quinquenio de los treinta, las tensiones internacionales en Europa fueron en constante aumento hasta desembocar, en septiembre de 1939, en la invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi.

    • Así, lo que en un principio fue incertidumbre y desconcierto pronto se convirtió en temor creciente a medida que avanzaron las hostilidades.
    • Quizás el verdadero pánico no se empezó a sentir sino hasta la caída de Francia en el verano de 1940.
    • Es difícil describir en tiempos pacíficos la psicología de aprehensión propia de las épocas bélicas.

    Tampoco las motivaciones económicas de las personas pueden ser las mismas. Mientras que en un ambiente más o menos libre de restricciones burocráticas y con cierta estabilidad la principal motivación de los movimientos de capital es el rendimiento, durante la guerra lo fue el riesgo y, en alguna medida, el factor de la liquidez.

    • Es evidente que en tiempos de guerra el riesgo de una inversión financiera se conceptualiza de manera diferente que en tiempos de paz.
    • Así, una vez que la situación bélica se difunde en Europa y después en Asia, el riesgo ya no es sólo el de obtener un rendimiento por debajo del esperado o sufrir un quebranto en el principal, sino el peligro de pérdida total del capital.

    La confiscación y no otra cosa hubiera sido la suerte de cualquier capital libre que cayera en manos del régimen nazi, o en Asia, en poder de los ejércitos japoneses de ocupación. Por tanto, resulta fácil deducir que una vez derrotadas Francia, Noruega, Dinamarca y los Países Bajos, ningún capital podía seguir sintiéndose seguro en Europa en los países que aún no caían en las garras de Hitler.

    1. ¿Puede imaginarse lo que hubiera sido de la neutralidad suiza o sueca de haber sido derrotada Gran Bretaña? Desde luego, los capitales libres pudieron haber huido a esos países neutrales o a la propia Inglaterra.
    2. Sin embargo, los mecanismos regulacionistas que en materia económica se implantaron en esas naciones fueron otra razón para disuadir a los tenedores de esos capitales de fluir hacia ahí.

    De dichos mecanismos, los más directamente atentatorios contra la integridad de las inversiones de portafolio fueron los controles de cambios y de activos propiedad de ciudadanos extranjeros. De hecho, los esquemas de esa naturaleza se habían venido difundiendo y arraigando desde principios de los treinta.

    1. Paul Einzig nos explica que la muerte del laissez faire en materia cambiaria ocurrió con el inicio de las hostilidades durante la Primera Gran Guerra.
    2. Obviamente, no es éste el lugar para el recuento de los controles de cambios que fueron adoptados por infinidad de países a raíz de esa guerra y luego, durante la década de los treinta, como reacción a la gran crisis de 1929.

    Baste con señalar que para finales de esa década la mayoría de los países europeos y de América Latina habían adoptado controles cambiarios de un tipo u otro, y que cuando estalló la Segunda Guerra Mundial éstos fueron reforzados, buscándose con ello el control total de los capitales disponibles.

    1. Inglaterra, por ejemplo, implantó controles desde el inicio de las hostilidades y los fue endureciendo paulatinamente.
    2. Francia tomó dicha decisión a principios de 1940.
    3. Aun Suiza y Suecia adoptaron esquemas similares, aunque menos rigurosos que en los países beligerantes.
    4. Desde luego, el peligro real y percibido sobre los capitales como consecuencia de las hostilidades fluctuó de acuerdo con la evolución de los frentes de batalla.

    El temor fue creciente mientras las potencias del Eje se mantuvieron a la ofensiva, o sea, hasta mediados de 1943. Puede imaginarse un mapa financiero en el momento de la máxima expansión nazi-fascista. Hitler y Mussolini en poder, con algunas excepciones, de la Europa continental, habiendo implantando en ese territorio férreos controles sobre capitales y cambios.

    1. La neutralidad quedó encarnada en Suiza, Suecia e Irlanda, y una neutralidad con inclinaciones fascistas en España.
    2. En el oriente, Japón llega a tener dominio sobre todo el Océano Pacífico y buena parte de la plataforma continental, excepción hecha de Australia y Nueva Zelandia.
    3. Mientras tanto, África permanece todavía como un continente colonial, que forma parte del área de la libra esterlina.

    En realidad, al menos desde el punto de vista geográfico, el continente americano quedó como el único refugio seguro para el capital. Sin embargo, aquí es donde entran las consideraciones de liquidez o libre convertibilidad. Vayamos de sur a norte. De hecho, salvo el caso límite de la Alemania nazi, algunos de los países con mayor tradición controlista en materia cambiaria eran del cono sur latinoamericano.

    El ejemplo más sobresaliente fue el de Argentina, que de años atrás tenía un control de cambios muy drástico. Asimismo, el resto de las economías más importantes de la zona también adoptaron dichos controles, y en variantes muy extremas. Sobresalen entre ello, los casos de Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil, Perú y Colombia.

    Por otro lado, los países de Centroamérica, más pequeños que sus vecinos del sur, además de que también adoptaron controles, tenían la desventaja de poseer sistemas financieros muy incipientes y, por lo tanto, poco aptos para recibir y manejar grandes volúmenes de fondos.

    • Al norte se ubicaba Canadá, miembro de la mancomunidad británica y por lo mismo sujeto a las restricciones al flujo de capitales adoptadas por Inglaterra para la zona de la libra esterlina.
    • Quedaban como opciones para los inversionistas, los Estados Unidos y México.
    • Es muy escasa la información sobre el rendimiento en México en las inversiones financieras en aquella época.

    De Beers señala que la tasa de interés era muy superior a la vigente en Estados Unidos e Inglaterra, pero hay que insistir en que hablaba de tasas nominales. En el cuadro 15 se muestran los rendimientos promedio tanto para los bonos financieros e hipotecarios, como para los bonos gubernamentales.

    • Por lo que hace a Inglaterra, nos relata Sayers que después de mucha discusión y polémica el gobierno de Su Majestad decidió fijar por decreto la tasa nominal de interés en 3%.
    • Según dicho autor, el ahorro requerido para el financiamiento de la guerra tuvo que asegurarse mediante la utilización de métodos “más drásticos y directos” que los del mercado.

    En cuanto a los Estados Unidos, la historia de las medidas de política que dieron lugar a una estrategia de tasas de interés fijas y controladas es digna de ser recordada. CUADRO 15 TASAS DE INTERÉS NOMINALES EN VARIOS CONCEPTOS (porcientos)

    Tasa de interés promedio en préstamo bancarios Tasa de bonos hipotecarios Tasa de bonos industriales *Tasa de bonos de caminos
    1940 9.0 7.4 7.5 6.0
    1941 8.0 7.0 7.4 6.0
    1942 8.5 7.5 7.1 6.0
    1943 8.4 6.8 7.0 6.0
    1944 8.8 6.9 7.0 6.0
    1945 9.1 7.0 7.0 6.0
    1946 10.3 7.3 7.0 6.0
    * Títulos de deuda pública Fuente: John S. de Beers, “El peso mexicano, 1940-1949”, Problemas Agrícolas e Industriales de México, enero-marzo de 1953, p.33.

    Objetivo prioritario aunque no exclusivo de la política monetaria en los Estados Unidos durante la década de los treinta, fue la estabilidad de la tasa de interés. Según Friedman y Schwartz, a partir de 1932 y durante los años restantes de aquella década las autoridades intervinieron en procuración de la estabilidad de los tipos de interés.

    • Así, en vísperas del inicio de la guerra ya existía consenso entre las autoridades financieras de aquel país (Reserva Federal y Tesoro) sobre la necesidad de estabilizar los precios en el mercado de dinero como parte de la política económica de tiempos bélicos.
    • Por lo mismo, después de varias intervenciones realizadas con esa finalidad de septiembre de 1939 hasta bien avanzado el año de 1941, finalmente en marzo de 1942 las autoridades norteamericanas tomaron la muy importante decisión no sólo de estabilizar la tasa de interés, sino de fijar un techo a los réditos de los bonos gubernamentales de largo plazo.

    El tipo elegido fue de 2.5% anual, con lo cual durante la guerra las tasas nominales de interés de corto plazo fluctuaron en niveles aproximadamente dos puntos por debajo de las de largo plazo. No es por tanto extraño que las crónicas financieras recuerden a esta época por los niveles tan reducidos de los tipos de interés en ella prevalecientes.

    Así, mientras que al papel de largo plazo se le aplicó un “techo” nominal de 2.5%, los rendimientos de los “Certificados de la Tesorería” a un año fluctuaron en un rango de ⅞ del porcentaje anual a 1¼ y la tasa del papel a 90 días nunca rebasó la cota de ⅜ de 1% anual. Así, dadas las presiones inflacionarias que padeció aquella economía en guerra, los rendimientos reales fueron claramente negativos.

    Según Friedman y Schwartz, mientras que durante la Segunda Guerra los Estados Unidos registraron una inflación promedio anual de 5.52%, el rendimiento nominal promedio de los activos financieros fue de tan sólo 0.82% y el real de -4.70%. En términos del Anuario Estadístico del Gobierno de los Estados Unidos, las tasas activas nominales aplicadas por los bancos a los créditos comerciales difícilmente llegaron en el periodo al promedio de 3% anual (cuadro 16),

    Año En 19 Ciudades En la Cd. de Nueva York En otras 7 ciudades del Norte y del Este En 11 ciudades del Sur y del Oeste
    1939 2.78 2.07 2.87 3.51
    1940 2.63 2.04 2.56 3.38
    1941 2.54 1.97 2.55 3.19
    1942 2.61 2.07 2.58 3.26
    1943 2.72 2.30 2.80 3.13
    1944 2.59 2.11 2.68 3.02
    1945 2.39 1.99 2.51 2.73
    1946 2.34 1.82 2.43 2.85
    Fuente: John S. de Beers, “El peso mexicano, 1940-1949”, Problemas Agrícolas e Industriales de México, enero-marzo de 1953, pp.29-30.

    Como se aprecia, las tasas reales de interés en los Estados Unidos fueron negativas para todo el periodo de 1941 hasta 1946, pero lo mismo fue cierto, y en grado quizá mucho mayor, en México. Lo anterior se muestra en el cuadro 17, en el que se recaban para ambos países los rendimientos nominales y reales obtenidos por los títulos de deuda pública.

    • Al respecto, cabe alertar sobre el carácter aproximado de los datos de tasas de interés reales contenidos en dicho cuadro, ya que las bases técnicas para su cálculo son endebles, al menos en un sentido.
    • Apuntan Friedman y Schwartz en su Historia monetaria de los Estados Unidos, que para la época de la guerra los datos del índice de precios son menos confiables que para otros periodos en razón de los controles de precios que estuvieron vigentes en ese país, principalmente de 1942 a 1946.

    Por ello, cualquier estimación sobre tasas de interés reales debe tomarse con las reservas del caso. CUADRO 17 MEXICO Y ESTADOS UNIDOS: RENDIMIENTO NOMINAL Y REAL DE LOS VALORES DE DEUDA PÚBLICA A LARGO PLAZO* (porcientos)

    Año Estados Unidos México
    (1) Tasa de rendimiento (2) Índice de precios Tasa real (3) Tasa de rendimiento (4) Índice de precios Tasa real
    1940 2.58 0.00 2.58 6.0 0.54 5.46
    1941 2.52 11.78 -9.26 6.0 5.93 0.07
    1942 2.28 16.20 -13.92 6.0 9.20 -3.20
    1943 1.98 6.14 -4.16 6.0 23.00 -17.00
    1944 1.93 2.09 -0.16 6.0 24.40 -18.40
    1945 1.94 1.95 -0.01 6.0 8.81 -2.31
    1946 2.00 16.04 -14.04 6.0 15.99 -9.99
    * Los plazos de vencimiento de las deudas en ambos países no eran necesariamente los mismos. Fuentes: (1) Henry c. Murphy, National Debt in War and Transtition, Nueva York, Mc Graw-Hill, 1950, p.267. (2) y (4) Banco de México, informes anuales. (3) Manuel Salas Villagómez, La deuda pública. Un estudio general. Examen del caso de México, México, Nacional Financiera, 1950, p.128.

    Por lo demás, aunque es altamente probable que lo anterior haya también sido cierto para México, no es posible saber si el sesgo sobre el índice fue semejante en magnitud, mayor o menor, que en los Estados Unidos. Ello en razón de las grandes diferencias entre ambas economías y debido a que el paquete de controles no fue el mismo en los dos países.

    • De cualquier manera, aun dando lugar a esta consideración, es de destacar la relación singular tanto entre las tasas de interés nominales de ambos países como entre las reales.
    • Sin embargo, al constatar la gran divergencia entre las tasas reales, surge de inmediato la pregunta: ¿cuáles factores pudieron haber motivado que los ahorradores de Estados Unidos buscaran colocar una fracción de sus recursos en México? Parece imposible dar una respuesta categórica a esa interrogante.

    Lo que sí resulta factible es aventurar algunas hipótesis. En primer lugar, ello pudo haber estado motivado por la gran diferencia en tasas nominales a favor del papel mexicano. Son muy numerosos y de no poco peso los indicios de que en esa época la ilusión monetaria fue muy difundida.

    • Sólo de esa manera se explica que el ahorrador norteamericano haya estado tan dispuesto a aceptar tasas reales negativas sin buscar con más ahínco otras formas de proteger sus ahorros de la erosión de la inflación.
    • En segundo lugar, también pudo haber incidido la amenaza latente de que el gobierno de los Estados Unidos impusiera controles más severos a la tenencia, propiedad y destino de los ahorros.

    Después de todo, hay que recordar que por razones bélicas de 1942 a 1945 la economía de ese país llegó a estar severamente regimentada. Seymour Harris, director de la OPA (Office for Price Administration) durante la guerra, ha relatado la profundidad y extensión que llegó a adquirir el sistema de control de precios en ese país, y el cual vino acompañado por muchas otras regulaciones, entre ellas sobre la asignación de los factores productivos, movilidad de la mano de obra, sueldos y salarios, otorgamiento de subsidios y racionamiento de insumos y de bienes de consumo.

    Además, de muy especial consideración es recordar que en alguna medida aquel ahorro de tiempos de guerra fue forzoso o conseguido mediante procedimientos semicoercitivos. Aparte de que sin duda se utilizaron procedimientos de esta índole, el gran aumento del ahorro requerido para financiar la guerra se consiguió parcialmente como una consecuencia de la aplicación de políticas de racionamiento.

    La imposibilidad de gastar en bienes no disponibles indudablemente aumentó la propensión de las personas a incrementar su ahorro. En cuanto al ahorro de las empresas, efecto semejante tuvieron también las normas encaminadas a limitar la acumulación de inventarios o las ampliaciones de planta.

    Por lo demás, la propia expansión del ahorro fue un estímulo para la diversificación de cartera, lo cual pudo haber aumentado la oferta de recursos para México (o, en su defecto, la demanda de “papel” mexicano). Tres factores contribuyeron a este fenómeno: el gran incremento en ese país del producto nacional, del producto per capita y del ahorro total.

    En tan sólo cuatro años, de 1940 a 1944, el PNB de Estados Unidos más que se duplicó al pasar de 101.4 a 214 miles de millones de dólares. Correlativamente, de 1940 a 1945 la deuda pública norteamericana, (“proxy” del ahorro total) aumentó de 42.4 a 256.4 miles de millones de dólares.

    1. Hay otra vertiente de análisis que extrañamente no fue explorada por ningún investigador de aquella época.
    2. La pregunta es: ¿cómo fue posible que el capital siguiese fluyendo hacia México si las tasas de interés reales fueran tan marcadamente negativas? De seguro, a la ocurrencia de este fenómeno concurrieron, combinándose en forma compleja, varias causas: primero, la preponderancia del motivo seguridad en el periodo más agudo e incierto del conflicto; segundo, la carencia de alternativas de inversión internacionales para esos fondos; tercero, las exigencias de liquidez y la capacidad del país para satisfacerlas, dado el hecho de que México nunca en su historia había adoptado controles cambiarios y la confianza de que no los adoptaría en el futuro.

    Cuarto y último, quizá la subsistencia de una buena dosis de ilusión monetaria: la incapacidad de los agentes económicos para distinguir entre tasas de interés reales y nominales. Al respecto, no parece plausible aceptar la tesis de una ilusión monetaria permanente y generalizada.

    O como decía Lincoln, no es posible engañar a todos todo el tiempo. Tampoco es posible suponer que la totalidad de los tenedores de capital estuvieran animados por las mismas motivaciones y expectativas. De seguro, al menos algunos grupos buscaron darle mejores perspectivas a sus fondos. Dígalo si no la experiencia ya relatada de los capitalistas extranjeros que en el periodo intentaron adquirir empresas mexicanas.

    Es decir, que buscaron transformar una inversión de portafolio en una inversión real. Mientras que la inversión financiera a plazo daba en México rendimientos nominales de 7%, los precios crecían por arriba del 20% anual. ¿No resultaba racional proteger el deterioro del capital mediante la especulación en las distintas formas que ésta puede tomar? En política, señaló Palacios Macedo en uno de sus polémicos artículos de 1944, la voluntad consiste fundamentalmente en desear ciertos fines.

    O como dijera un gran escritor francés que al mismo tiempo fue un insigne hombre de Estado (Poincairé), en política las cosas hay que desearlas siempre con sus condiciones y sus consecuencias: “esa es la auténtica, la única posible voluntad de gobierno”. Si el combate a la inflación, si la búsqueda de cierta estabilidad fue supuestamente un objetivo prioritario de la política económica del gobierno de Ávila Camacho, ¿por qué no se tomaron medidas más enérgicas para su consecución? Desde luego, ya se ha dicho, aquella administración pudo haber adoptado una política monetaria menos expansiva en aras de una mayor estabilidad.

    Ello habría requerido, consecuentemente, llevar el gasto público a un ritmo más pausado y por ende reducir la brecha entre ingresos y desembolsos. El problema técnico era cuantitativo o de metas: ¿qué tanto debió haberse disminuido el crédito primario del banco central para alcanzar la meta planteada? El problema planteado podría ser de relativa fácil solución en una situación normal: ello, mediante el uso de la técnica que los banqueros centrales conocen como “programación financiera”.

    • Del mecanismo de creación de dinero sabemos que un nivel de reservas preestablecido se puede conservar si el monto de crédito primario es congruente con dicha meta.
    • Pero, ¿en qué consistía la anormalidad de la circunstancia en que se encontró la economía mexicana en la época de la guerra? Como se ha visto, ésta se manifestó de múltiples maneras, pero para los fines de la presente exposición baste mencionar sólo una de ellas: la inelasticidad de las importaciones.

    Ello ocasionó que se diluyera o se debilitara el vínculo causal directo que la teoría prevé entre liquidez y cuenta corriente de la balanza de pagos. En una economía abierta con tipo de cambio fijo, un magnífico indicador para evaluar el signo de la política monetaria es el comportamiento de la reserva internacional.

    No se tenga la menor duda: si dicha reserva va en descenso, lo más probable es que la liquidez sea excesiva y habrá que restringir la política monetaria. La gran incógnita es si acaso en la época de estudio no pudo haber ocurrido que la liquidez fuera excesiva sin que ello afectara el saldo de la reserva.

    La inelasticidad o rigidez de los principales renglones egresivos de la cuenta corriente y la velocidad con que crecía el superávit de la balanza de capitales colocó a la economía mexicana, a partir de 1941, en una situación muy extraña. Era como si de pronto la economía mexicana se hubiera convertido en una economía muy cerrada al comercio internacional pero totalmente abierta al flujo de capitales.

    • ¿Qué determina el saldo de la balanza de capital? Es muy común que se le considere como una variable exógena.
    • En ocasiones también se le supone como una constante o se le hace parcialmente endógena al suponer que es función de la tasa de interés.
    • La verdad es que en el caso que se analiza nos encontramos con uno de los casos más extremos imaginables.

    Pues a la vez que el saldo de la cuenta de capital era totalmente exógeno, se trataba también de una variable inmensamente activa que se movía con una gran rapidez. Para contrarrestar la expansión del componente externo de la base monetaria, la autoridad monetaria tenía a su disposición dos mecanismos: la elevación del encaje legal y/o la modulación del nivel del crédito primario del banco central.

    1. El problema, como se aprecia, presenta cierta complejidad y puede abordarse con distintos grados de sofisticación técnica.
    2. Sin embargo, es probable que no sea un enfoque de ese tipo el que deba seguirse aquí.
    3. Abordando el asunto desde un ángulo analítico más elemental, es conveniente empezar por el hecho de que en una economía cerrada o semicerrada el comercio, el principio cuantitativo, resulta un mecanismo particularmente relevante para explicar el comportamiento de los precios.

    Aunque los tratadistas señalan que en el largo plazo siempre se cumple el principio de la teoría cuantitativa del dinero, en el corto plazo y en una economía cerrada la masa monetaria tiene una influencia mucho más directa sobre el nivel de precios que en una economía abierta.

    De 1940 a 1945 el agregado monetario M1 creció en términos nominales a una tasa promedio de 26% anual. Por otro lado, tenemos referencias ambiguas en cuanto al comportamiento que pudo haber tenido la velocidad de circulación en la época de análisis. Los tratadistas señalan que en épocas de presiones inflacionarias, éstas se exacerban por los efectos que crean sobre las conductas de gasto de la población las propias expectativas de aumento de los precios.

    La especulación, la escasez, las compras compulsivas y una continua elevación de los precios provocaron en México durante la época de la guerra precisamente ese tipo de psicología. Por ello, resulta extraño el análisis realizado por De Beers y cuyos resultados sugieren que hubo un posible descenso de la velocidad de circulación del dinero.

    1. A la anterior conclusión llegó ese autor, después de analizar la evolución del índice de rotación de las cuentas de cheques.
    2. Según De Beers, de 1939 a 1945 este índice descendió en forma constante aunque moderada para de ahí empezar a elevarse nuevamente.
    3. La velocidad de circulación del dinero, afirma De Beers, era una variable difícil de calcular en razón de que en esa época no se disponía de estimaciones para el producto nacional.

    Sin embargo, el cálculo de dicha variable a partir de la información de contabilidad nacional publicada años después parece corroborar la tesis de ese autor. Con todo, la anterior conclusión resulta un poco dudosa por contraria al sentido común y a la experiencia histórica en materia económica.

    1. Por un lado, cuando surgen presiones inflacionarias y los precios comienzan a subir la experiencia es que pronto también lo hace la velocidad del dinero, pues resulta poco racional conservar saldos en efectivo.
    2. Además, dados los problemas de abasto que surgieron en el periodo de guerra, es de esperarse que los tenedores de fondos hayan buscado deshacerse lo más rápido posible de su efectivo para adquirir bienes.

    Aun suponiendo que la velocidad de circulación se haya mantenido constante durante el periodo, resulta difícil de explicar, si no imposible, el crecimiento relativamente moderado del producto real y, sobre todo, del nivel de precios a la luz del comportamiento de la oferta monetaria (M1).

    En el año de 1940, por ejemplo, a un incremento de más del 20% en M1 corresponde un aumento de tan sólo 1% en el índice de precios al mayoreo y de 1.3% en el producto real. En 1942 M1 se expande en más del 40%, en tanto que el índice de precios lo hace en 11% y el producto real en 6%. La situación es aún más desconcertante en el año siguiente, cuando el incremento de M1, de más del 50%, tuvo como contrapartida un crecimiento mucho menor en el nivel de precios al mayoreo de 25% y de 4.6% en el producto real.

    En suma, son muchas las dudas que se desprenden del análisis de las series citadas. Si ha de creerse la tesis tan reiterada en esos años de que hubo escaseces muy agudas de ciertos artículos, dificultades de transporte e inelasticidad de las importaciones, resultan al menos dudosas las estadísticas que nos indican que de 1941 a 1945 el producto real creció en promedio en más del 6% anual.

    Tampoco parece aceptable que dadas las inelasticidades de oferta y la expansión tan acelerada de los medios de pago, el crecimiento del índice de precios no haya sido más acentuado. Especialmente en los años de mayores dificultades y más alta incertidumbre, que fueron los de 1942 y 1943, los aumentos tan acentuados en el medio circulante repercutieron en incrementos mucho menos que proporcionales en el índice de precios al mayoreo.

    En 1942, por ejemplo, M1 creció en casi 40%, aumento principalmente atribuible a la acumulación de activos externos. Sin embargo, durante ese año el aumento de la base monetaria se originó en un 49% de la balanza de pagos y en un 51% del incremento del crédito interno del banco central.

    En general, de 1940 a 1946 el financiamiento primario extendido tanto al gobierno federal como en la forma de redescuento, principalmente a los bancos de desarrollo, creció a una tasa anual promedio de poco más de 28%. Es decir, en promedio el crédito primario creció más aceleradamente que el agregado monetario M1.

    Y la modulación del crédito primario fue el expediente de estabilización al que sólo se recurrió en el año de 1943, cuando el financiamiento del órgano central creció en tan sólo 7% en contraste con los incrementos de 38%, 43% y 44% correspondientes a los años de 1941, 1942 y 1944.

    ¿Cuál fue la inflación en México en 2017?

    En el año 2017, la tasa de inflación promedio de México registró su punto más alto en el último lustro, al colocarse por encima del 6%.

    ¿Cuál fue la inflación en México en 2016?

    Específicamente, en diciembre de 2016 la inflación general anual alcanzó 3.36 por ciento.

    ¿Cuál es la inflación al día de hoy en México?

    La inflación en México continúa retrocediendo y se ubica en 6% en abril Tabla De Inflacion En Mexico Por Sexenio Un vendedor acomoda tomates verdes en un puesto callejero de verduras en la ciudad de Toluca, en el Estado de México. Luis Antonio Rojas (Bloomberg) Los precios en México siguen desacelerando su escalada., el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ha situado la inflación general anual en 6,0%, su nivel más bajo desde septiembre de 2021, cuando se ubicó en el mismo nivel.

    El muestra una desaceleración de 0,32% respecto a la quincena anterior, su declive más importante desde 2017. Los ajustes en las tarifas eléctricas por temporada cálida aplicada en once ciudades del país fueron determinantes para este retroceso, de acuerdo al organismo, además de la disminución de 0,52% en los precios agropecuarios.

    De este modo, los precios en la primera quincena de mayo fueron menores a lo que estimaban los analistas económicos. un mínimo de 6,15%, de acuerdo a las instituciones consultadas por el banco. Gabriela Siller, directora de análisis económico de Grupo Base, indica que hay dos factores determinantes para explicar esta bajada.

    • La inflación subyacente, que determina la trayectoria de la inflación general en el mediano y largo plazo, sigue mostrando una clara tendencia a la baja, con una menor inflación de mercancías y de servicios”, señala la especialista.
    • Al interior de la inflación no subyacente, que incluye los genéricos cuyos precios son más volátiles, casi todos los subcomponentes (frutas y verduras, pecuarios y energéticos) mostraron inflación quincenal negativa, además de que en la quincena se hizo un ajuste a la baja en las tarifas eléctricas, el cual ya era esperado”, remata Siller.

    La inflación subyacente, que no tiene en cuenta a los alimentos frescos ni la energía por su volatilidad y que determina la trayectoria de la inflación general, continúo presionando al índice general de precios, aunque en menor medida. En la primera mitad de mayo, el componente subyacente presentó una Inflación anual de 7,45%, un retroceso de siete quincenas consecutivas.

    Cabe destacar que al interior de este índice, los alimentos se muestran un encarecimiento de 11,60% a tasa anual. Respecto a abril, los productos que reportaron una mayor disminución de precio fueron la electricidad, con una disminución de 21,22%, el limón con un retroceso de 16,63% y el pollo, con una bajada de 1,51%.

    En contraparte, la papa se encareció 7%, las loncherías, fondas, torterías y taquerías aumentaron 0.40% y la vivienda propia tuvo una subida de 0.16%. El dato de la inflación es (Banxico), quien detuvo su ciclo alcista a la tasa de interés, dejándola en 11,25% con el objetivo de observar la evolución de los precios en los próximos meses.